Historical narratives have always been fed by the epic of a war-drivenaristocratic class: heroes who win battles on horseback, kings who fight kings.Gradually, this epic of violence and abuse has become part of our account ofthe past, leading us to think that this way of “making history” was the onlypossible way. With La Yegua de Santiago(St. James’s Mare), Ivana de Vivanco invites us to think that perhaps we werewrong.
In this exhibition imagination, joy, irony and colour become the toolswith which to “make history”, creating an alternative epic that dialogues witha present where the heroes have fallen off their horses. Departing from afoundational event of our history such as that of the apostle St. James, theartist invites us to approach a way of looking at history where subversion isachieved through empathy and fiction, facilitating an emotional space in whichviolence and pain are not evident, but can still be felt, together with manyother emotions.
St. James’ history is closely linked to that of our country and as earlyas in the 15th century he is declared the patron saint of Spain by the Pope.However, centuries before that, his iconography will appear in the chroniclesof the peninsula as a warrior saint, depicted in battle to help the chosenpeople. This discourse of domination of the other was first manifested at thetime of the Christian conquest of the Iberian Peninsula with “Santiagomatamoros” (St. James the Moor-slayer) who fought against the Muslim, then as“Santiago mataindios” (St. James the Indian-slayer) during the conquest ofAmerica and has even been extended to the civil war as “Santiago matarojos”(St. James the Commie-slayer). This saint has always been represented in battleon the back of his famous white horse and always on the Catholic side, thewinning side. In this exhibition, Ivana confronts this iconography of violentepic by means of a symbolic, simple and effective gesture: the dissidence ofthe horse that decides to dismount itself from the saint and become a mare.
The origins of The RYDER’s space, a former stable in the Lavapiésneighbourhood, are used by de Vivanco to create a situated narrative, in whichSt. James’s mare has emancipated herself and becomes the protagonist of her ownlife, devoting herself entirely to exploring the limits of her own pleasure,making the gallery her own home. Through an installation composed by a seriesof canvases of various sizes, video works and sculptures, the viewer has theopportunity to peek into various scenes of the Mare’s intimate life, beginningwith the exact moment when she gets rid of St. James, and ending with a videopiece in which we witness a psychoanalysis session where the Mare tries toanalyse herself to heal her trauma. The stories of death, characteristic of thesaint’s iconography, are replaced here by tales of pleasure in the canvases andwith sculptures that refer to the hybrid, the non-normative.
All the pieces are influenced by a baroque aesthetic, with adeliberately acid palette of colours where the solemnity of the historical isabandoned to write a new epic in which the emotions of the Mare become thereflection of the emotions of “others”, and in particular of women, who havehistorically been in charge of putting the body, of keeping the communityalive; and whose voices were more concerned with weaving and keeping alive thepresent than in writing the great stories that would be remembered in thefuture. All their hands become the frame of the work Holding Function (2023) and embrace the story of the wholeexhibition to create a polyphonic and sensorial discourse, an emotional andmoving story that needs no heroes and that may be written by any of us.
El relato histórico siempre se ha alimentado de la épica de una clase guerrera y aristocrática: héroes que ganan batallas a lomos de su caballo, reyes que pelean con reyes. Poco a poco esa épica de la violencia y el abuso se instaló en nuestro relato del pasado llevándonos a pensar que esa forma de “hacer historia” era la única posible. Con La Yegua de Santiago, Ivana de Vivanco nos invita a pensar que tal vez nos equivocábamos.
En esta exposición – especialmente creada para The RYDER – la imaginación, la alegría, la ironía y el color se convierten en herramientas con las que “hacer historia” para crear así una épica alternativa que dialoga con un presente en el que los héroes se han caído de sus caballos. Partiendo de un relato fundacional de nuestra historia como es el del apóstol Santiago, la artista nos invita a acercarnos a un modo de mirar la historia en el que la subversión se alcanza desde la empatía y la ficción, facilitando un espacio emocional en el que la violencia y el dolor no son evidentes, pero aun así pueden sentirse, junto con muchas otras emociones.
La historia del Apóstol Santiago está muy ligada a la de nuestro país y ya en el siglo XV es declarado patrón de España por el Papa. Sin embargo, desde siglos antes su iconografía surge en las crónicas de la península como un santo guerrero, que se aparece en la batalla para ayudar al pueblo elegido. Este discurso de dominación del otro se manifestó por primera vez en la época de la conquista cristiana de la península ibérica con “Santiago matamoros” que luchaba contra el musulmán, en la conquista de América con “Santiago mataindios” y se alargó incluso hasta la guerra civil donde aparece la figura de “Santiago matarojos”. El santo era siempre representado en la batalla a lomos de su famoso caballo blanco y siempre del lado del bando católico, el bando vencedor. Ivana se enfrenta en esta exposición a esta iconografía de épica violenta partiendo de un gesto simbólico, simple y efectivo: la disidencia del caballo que decide descabalgarse del santo y convertirse en yegua.
Los orígenes del espacio de The RYDER, una antigua caballeriza en el barrio de Lavapiés, son aprovechados por de Vivanco para crear un relato situado, en el que la yegua de Santiago se ha emancipado y se ha vuelto protagonista de su propia vida, dedicándose enteramente a explorar los límites de su propio placer y haciendo de la galería su propia casa. A través de una instalación compuesta de una serie de lienzos de varios tamaños, trabajos de video y escultura, el espectador tiene la oportunidad de asomarse a varias escenas de la vida íntima de la Yegua comenzando por el momento exacto en el que se deshace de Santiago, hasta llegar a una pieza de vídeo en la que asistimos a una sesión de psicoanálisis donde la Yegua trata de analizar y sanar su trauma. Los relatos de muerte, característicos de la iconografía del santo, son sustituidos aquí por cuentos de placer en los lienzos con esculturas que referencian lo híbrido, lo no normativo.
Todas las piezas beben de una estética influida por el barroco, con una paleta de colores deliberadamente ácida en la que la solemnidad de lo histórico es abandonada para escribir una nueva épica donde las emociones de la Yegua se convierten en el reflejo de las emociones de “los otros”, o mejor dicho de “las otras”, esas que durante el transcurso de la historia fueron las encargadas de poner el cuerpo, de mantener viva a la comunidad; y cuya voz estaba más ocupada en tejer y mantener vivo el presente que en escribir los grandes relatos que se recordarían en el futuro. Las manos de todas ellas se vuelven el marco de la obra Holding Function (2023) y abrazan el relato de toda la exposición para crear un discurso polifónico y sensorial, una historia emocionada y emocional que no necesita de héroes y que puede ser escrita por cualquiera de nosotras.